viernes, 26 de abril de 2013

Cyrano de Bergerac: "Una obra que deberías ver (por Narices)"

Aunque pueda parecer mentira, nunca había presenciado esta obra de teatro, ni había leído tampoco el texto teatral. Por no haber, no había visto nunca completa la celebre película basada en esta pieza, en ninguna de sus versiones, pues aunque la más popular hoy día sea la protagonizada en 1990 por Gerard Depardieu, hay otra anterior de 1950 protagonizada por José Ferrer e incluso una de cine mudo del año 1923.
Pero es una figura tan universal este Cyrano, que aún no habiendo visto ni leído ninguna de sus versiones, es imposible no saber de qué va este personaje universal de la literatura. Una fama tan extraordinaria como la nariz que posee su protagonista. Una fama que hizo imposible a su autor Edmond Rostandt escribir nada más, nada que pudiera estar a la fama de lo ya escrito.
Un personaje que por fantástico que pueda parecernos, está basado en la vida de un hombre que existió.
Curiosamente lo primero que me viene a la memoria al evocar al personaje, no es Edmond Rostandt, sino unos versos de Quevedo, dicen que escritas pensando en Góngora y de la que aquí os dejo la primera estrofa, de una versión popular de su célebre poema: A una nariz.

«Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa;
érase una nariz sayón y escriba;
érase un pez espada muy barbado.»


Leer más del Argumento de Cyrano de Bergerac


La pieza teatral

Se trata de una tragicomedia, que empieza con momentos muy cómicos, para poco a poco ir conduciendo al lector, o al espectador de la obra, hacia un final trágico.

No son tantos los personajes que el teatro ha convertido en universales, en prototipo de conductas humanas. Don Juan de Zorrilla, Otelo de Shakespeare (Romeo y Julieta, Hamletmy tantos otros del mismo autor), el avaro de Moliere... Sin duda este Cyrano merece estar entre esos personajes.
Plantea un tema que a pesar de los años sigue siendo de plena actualidad: el verdadero amor, la importancia que damos a aspectos que deberían ser secundarios como la belleza. Eso cuando no se cae en esterotipos que hacen que pensemos que belleza e inteligencia no pueden ir unidos. Lo curioso es que aquí el comentario es puesto en boca de una mujer:
«¡Así sois todos los hombres! ¡Si es guapo, no puede tener ingenio!»
Parece como si no pudiese tener todo a la vez: o belleza o inteligencia. Por eso sufre Christian:
«Temo que sea coqueta y frívola… y…, vamos…, ¡que no me atrevo a hablarle!... El lenguaje en uso me turba…, me falta ingenio… Sólo soy un tímido soldado….»

Por eso sufre Cyrano su amor imposible:
«Me está prohibido soñar con ser amado, incluso por una mujer fea, a causa de esta nariz que llega un cuarto de hora antes que yo a cualquier parte. ¿A quien voy a amar entonces? Es lógico: Amo a la más bella.»
Bien es cierto que Cyrano no es precisamente un rostro agraciado:
«Sobre su golilla, cual la de Polichinela, cae una nariz… ¡Y qué nariz, señores, qué nariz!… Al ver pasar tamaño narigudo uno exclama: «No, no es posible… Por favor, ¡esto pasa de la raya!, pensando que no es más que una broma, que se trata de una careta y se la quitará al instante… Pero Cyrano no se la quitará nunca.»

De la unión de Cyrano y de Christian surgirá ese ser perfecto que une belleza e inteligencia. Cyrano vivirá a través de Christian el amor de Roxana y Christian logrará su propósito de enamorar a Roxana gracias al amor y la labia de Cyrano.

Cuando reviso la obra y mis impresiones de la misma, veo que hay tres escenas fundamentales, que además serán las que nos marquen la trayectoria de la misma:
  • La escena cómica del teatro: Una doble escena, tanto en la que Cyrano ridiculiza a un adversario que no ha sabido estar a la altura a la hora de ofenderle por su nariz, dándole ejemplos de cómo podía haberlo hecho, como en el duelo que tiene lugar a continuación y que realiza mientras improvisa un poema. Es el lado cómico de la obra.
  • La escena del balcón: Al igual que una de las escenas más famosas de Romeo y Julieta es la declaración en el balcón, esta escena es de las que perdura en la memoria. Aprovechando la oscuridad, Cyrano va diciéndole a Christian las palabras que debe usar para enamorar a Roxanna. Pero finalmente termina ocupando su lugar y declarando todo el amor que siente por ella. Es la escena romántica.
  • La escena final: Cyrano declama la carta de amor que el mismo escribió por Christian. Es la escena más dramática de la obra, que realmente consigue estremecer.
    Hemos ido pasando pues de una obra cómica, a una tragedia.


Impresión personal


Hablar de teatro a precio de cine no es una entelequia, porque estas entradas vía Atrapalo en una oferta de 2x1, salían a nueve euros por persona. Y no hay color, a esos precios una buena pieza teatral sin duda merece la pena, máxime si tienes la garantía de que no va a defraudarte ni la obra ni los actores.
Me ha encantado esta representación, en la que entre otras cosas viene a demostrarse que no es necesario un gran montaje escénico ni unos grandes medios de producción para llevar adelante una buena representación teatral. Bien es cierto que para ello hacen falta dos cosas sin las que eso no sería posible: Una buena obra (Cyrano de Bergerac lo es) y una buena compañía (la compañía Paloma Mejia Martí lo es)
A partir de ahí sólo queda disfrutar de esta versión (algo recortada sobre el original) que durante una hora y media sin interrupciones, nos va a representar la vida de este espadachín pendenciero, de lengua afilada, enorme nariz, gran corazón, amigo de sus amigos, poeta a tiempo completo y enamorado sin esperanza, que con méritos propios forma parte de los personajes de la literatura.

Mención especial quiero hacer a Nelson Javier Silva, el actor que da vida a Cyrano, pues su gran interpretación es la que sustenta en buena medida esta representación.
No hay duda: Merece la pena ver esta obra




Opinión de: Pedro Emilio (CIAO!)

0 comentarios:

Publicar un comentario